miércoles, 26 de agosto de 2009

Lección #31: Ese indescriptible aroma


Tipo: Repelente físico
Nombre científico:
Hedorus extremis
Nombre vulgar:
Oloroso


Un infalible modo de recuperar su metro cuadrado –o una superficie incluso mayor –es atacar directamente el olfato de sus interlocutores. Muchas veces subvalorado, este sentido es un canal especialmente efectivo si de espantar a los demás se trata. Además, permite varias vías de ataque: el aliento, el olor corporal –subdividido a su vez en varias subvías –y los aditivos artificiales.

Comience con un paso simple y efectivo: olvídese de las medidas más básicas de aseo personal, como ducharse, usar desodorante o lavarse los dientes. Bastará con que adopte esta costumbre un par de días antes de requerir su uso para que sea eficiente. Si se acerca la hora cero y aún no alcanza el nivel de olor deseado, siempre puede reforzarlo comiendo algo que contenga cebolla –una empanada de pino es ideal –y haciendo algo de deporte.

Una variación menos riesgosa –si lleva 2 días sin ducharse, es poco lo que puede hacer en el lugar de los hechos –es disponer de elementos que le permitan, llegado el momento, aplicar de emergencia esta lección. Un pequeño frasco bien sellado, que contenga una simple preparación de cebolla y ajo, puede salvar la situación. Bastará con que se retire subrepticiamente a un baño e ingiera una cucharada, para volver a disponer en breve de su espacio personal. Otra opción es restregarse bajo los brazos y en otras zonas algunos bivalvos, previamente desconchados.

Una última opción, igualmente efectiva, es la de los olores artificiales. Paradójicamente ideados para dar buen aroma a personas o ambientes, rociar un poco en su cuerpo puede ser el pasaporte al éxito. Basta con que la elección del olor sea la adecuada. Mientras más rebuscado el nombre, mayores son las probabilidades de éxito: frescura glaciar, espíritu joven, brisa polar, caricias de algodón y bosque de bambú son una carta segura.

Si quiere asegurar el éxito en poco tiempo, acople dos o más de las opciones antes descritas: el aliento a cebolla y las axilas con olor a marisco, por ejemplo, es una combinación difícil de superar.

martes, 18 de agosto de 2009

Lección #30: Yo no vengo a vender…

Tipo: Comentario
Nombre científico: Vendedoris empedernidus
Nombre vulgar: Vendedor

Tener siempre a mano algún artefacto, producto o servicio que vender ante un inocente comentario ajeno puede ser una gran manera de librarse de quienes invaden su sagrado espacio.

El primer paso en esta lección es elegir un bien –puede ser también un servicio- para ofrecerlo a sus interlocutores . Productos para adelgazar, seguros de todo tipo, productos bancarios o financieros de diversa índole y cualquier tipo de coaching o curso de autoayuda son muy eficientes a la hora de espantar a quienes lo rodean. Ya verá cómo, luego de un poco de práctica, logra introducir su oferta en cualquier conversación, independiente del tópico tratado.

Una segunda etapa de desarrollo requiere de cierto apoyo físico. El merchandising es altamente efectivo, por lo que si utiliza y/o reparte chapitas, lápices, llaveros o autoadhesivos del tipo “¿Quiere bajar de peso? ¡Pregúnteme cómo!” tiene grandes posibilidades de triunfar en su misión. Si ha decidido ofrecer algún servicio, puede apoyarse con tarjetas de visita. Cuanto más rebuscados sean los colores, tipografías e imágenes usadas, tanto mejor.

El último recurso –utilícelo solo si los demás no han surtido efecto, algo altamente improbable –consiste en tener siempre a mano muestras del producto. Un simple “prueba esta pastilla” o “toma una cucharada de este concentrado de raíces del Amazonas para bajar de peso”, mientras extrae el producto en cuestión de entre sus ropas, garantiza la inmediata estampida de quienes lo rodean. Si se ha decantado por ofrecer un servicio, la alternativa es simple, aunque igualmente eficiente: presione a su interlocutor con un formulario de inscripción, contrato tipo o cualquier otro documento, para que se inscriba en su “revolucionario programa”. Ya verá cómo, por arte de magia, dispone nuevamente de su preciado espacio.

domingo, 2 de agosto de 2009

Lección #29: Teorizando


Tipo: Comentario
Nombre científico: Teoricus permanentem
Nombre vulgar: Teórico

Una detestable y eficiente herramienta para ahuyentar a quienes se acercan demasiado es tener siempre lista una teoría, con la cual podrá retrucar cualquier comentario de la persona de la cual se quiera librar. Lo mejor es que no se necesita ser un estudioso o un erudito en algún tema: con algunos términos técnicos –ni siquiera hace falta saber su significado –es suficiente.

El primer paso es preparar el ataque. Esta es una herramienta netamente reactiva, que depende de un comentario previo de su interlocutor, por lo que debe estar atento y preparar sus reflejos. Apenas su víctima haga algún comentario –no importa el tema –debe reaccionar con una teoría al respecto. La rapidez mental es sumamente importante para esta técnica, por lo que se desaconseja su uso en condiciones de intemperancia u otras que impliquen baja velocidad de respuesta neuronal. Si tiene dudas respecto de su aptitud, puede disimuladamente pasar a un baño y practicar frente al espejo.

La réplica teórica debe ser, idealmente, respecto del tema planteado por su víctima. Así, si ésta hace un comentario sobre lo sabroso del aceite de oliva, contraataque con una larga perorata sobre las virtudes de dicho elemento, con una lata enumeración de los diferentes tipos de aceites vegetales y/o animales, con algunos usos alternativos –sacar garrapatas, lubricar engranajes –o por último con alguna exótica receta que use en su preparación el óleo en cuestión. No importa si la preparación sale íntegramente de su imaginación, pero es fundamental que sea complicada.

Con algo de práctica, verá que no es difícil tener teorías que le permitan apabullar a su víctima ante cualquier tipo de comentario. Una vez que se sienta seguro en este terreno, puede combinar esta técnica con las citas a algún personaje –famoso o no –como una forma de dar peso a su teoría (ver lección #20). De igual manera, una vez bien situado en el área de la teoría podrá, sin problemas, dar un giro a la conversación y retrucar un comentario sobre perros Yorkshire con una disertación sobre estufas de combustión lenta, sin que prácticamente nadie lo note. Todo está en la rapidez y, claro, en la práctica.