martes, 26 de febrero de 2008

Lección #21: Pegado en el pasado


Tipo: Actitud
Nombre científico: Ochentia rememoratium
Nombre vulgar: Ochentero


Una efectiva arma en la tarea de hacerse insoportable es rememorar de manera permanente la década de los ochenta, despreciando todo lo que vino antes y, por supuesto, después.

Para comenzar, debe instruirse sobre algunos temas de esa época: grupos musicales, películas, modas, series de TV, dibujos animados y tecnología son un buen comienzo. Hablar de Top Gun, Cepillín, los pantalones amasados y los nevados, Europe o Vanesa Paradis, y añorarlos con frases como “ya no hay grupos como Los Prisioneros”, o “la mejor película que he visto es Cóctel” es un buen comienzo.

El siguiente paso es llenar el IPod o reproductor de mp3 de canciones ochenteras, y escucharlas cada vez que se pueda. Se debe llevar el aparato a todas partes, para que todos tengan la suerte de escuchar a artistas de la talla de Sheena Easton, Sabrina o Culture Club. Mientras busca las canciones más apropiadas al contexto, o alguna para impresionar a los concurrentes, diga frases como “yo tenía el cassette de este grupo”, o “igual está bien el IPod, pero nunca va a ser lo mismo que un walkman”.

Otro aspecto que debe manejar es el de la tecnología. Así, al ya citado comentario del walkman debe agregar frases como “sí, igual está bueno el Wii, y el Playstation también, pero no hay como el Atari. Nadie va a igualar el pong, o el Space Invaders”. Lo mismo con la música: “Muy Ipod será, pero igual tenía más estilo el cassette”.

El último paso –que aunque no es indispensable, implica un salto cuántico de insoportabilidad –es volver a vestirse a la usanza de los ochenta. Pantalones amasados, jeans nevados, poleras anchas y largas, alpargatas y mocasines hacen la diferencia. Para ellas, infaltable la chasquilla. Para ellos el jopo. Con ese look, los demás no tendrán más alternativa que huir.

martes, 5 de febrero de 2008

Lección #20: Sabiduría prestada


Tipo: Comentario
Nombre científico: Incontinentis citatorum
Nombre vulgar: Citador


Una gran herramienta en el eterno camino de la insoportabilidad es posar de sabio o de filósofo, siempre usufructuando de la sabiduría y la filosofía ajenas. No se trata aquí de tener pensamientos y reflexiones propias, sino de disponer de las citas y frases adecuadas a cada situación.

Un primer paso es hacerse de un stock de frases simples de recordar, que sirvan a varios propósitos, citas de tipo comodín. “Las cosas no se valoran hasta que se pierden”, “todas las cosas pasan por algo”, “hay cosas peores”, “lo que no te mata te hace más fuerte”. En esta primera etapa, se permite echar mano a frases anónimas, porque simplifica la tarea al no tener que recordar quién las dijo. Si desea darles peso, puede atribuirlas a quien desee, no hay problema.

Una segunda etapa consiste en memorizar frases más específicas, para diferentes temas, y atribuibles a pensadores y filósofos reputados. En una discusión sobre el futuro, por ejemplo, puede despacharse la siguiente frase: “A esto se refería Nietzsche cuando dijo `solamente aquel que construye el futuro tiene derecho a juzgar el pasado´”. Como esta, debe usted recopilar muchas, hasta crear un acervo personal de citas profundas, cultas o sensibles.

El tercer estadio en el desarrollo de esta lección consiste en citar a seres despreciables, haciéndolos aparecer como grandes filósofos o pensadores. Es en esta etapa cuando se logra el mayor rechazo de parte de quienes nos rodean. Una frase simple, del tipo “Como dice Paulo Coelho, ´sólo una cosa vuelve un sueño imposible: el miedo a fracasar´”, puede ser impresionantemente efectiva a la hora de espantar a un interlocutor. Aunque sin duda, la mayor fuente de inspiración para un citador en este avanzado punto es otra. En una discusión sobre la libertad, tome aire y láncese: “Como dice el poeta Arjona,´Estoy libre y no me sirve, ¿para qué quiere la libertad en la luna un tigre? No me sirve´”. Estampida garantizada.

Lección #19: Calentando la situación


Tipo: Comentario
Nombre científico: Carbonicus expeletor
Nombre vulgar: Carbonero

Una buena manera de hacerse insoportable a quienes lo rodean es emitir constantemente comentarios que buscan crear discordia. Aunque probablemente logrará por un instante que los demás no se soporten entre ellos, el efecto a mediano y largo plazo será, a no dudarlo, con usted.

El comienzo es fácil: en conversaciones o discusiones ajenas en las cuales esté presente, debe hacer comentarios simples, del tipo “ohhh, lo que dijo”, “¿es verdad eso?”, o “no sé cómo aguantas que te diga eso”. La idea es ir caldeando el ambiente entre los interlocutores, generar tensión entre ellos.

Un paso más avanzado son los comentarios un poco más elaborados, como “yo he visto sangre por menos”, “y si se van a las manos, ¿quién gana?” y otras construcciones de mayor o menor complejidad, siempre buscando la enemistad entre terceros. Una muy efectiva frase en esta etapa es la de “y entre ustedes, ¿quién manda?”, utilizada preferentemente en discusiones de pareja. De otras parejas, claro.

Una última etapa de esta lección es inventar romances, peleas, comentarios y todo tipo de rumores que siembren la discordia entre los demás. Una vez que la tensión ha alcanzado el clímax y se hace insostenible, es hora del gran final: volcarla hacia la propia persona, de manera de convertirse en el insoportable que se busca ser. Esto se puede lograr reconociendo la invención de algunos o todos los rumores, o haciendo un comentario que, por primera vez, los una a todos en su contra.

El proceso completo –desde los primeros comentarios básicos hasta la liberación de la tensión en uno –tiene una duración relativa, que puede ir desde algunas horas o minutos a varios años. Hay que considerar que, mientras más elaborados sean los comentarios y rumores, y más largo el tiempo de utilización, mayor será el efecto logrado.