miércoles, 26 de diciembre de 2007

Lección #17: El doble sentido


Tipo: Comentario
Nombre científico: Sordidus comentatio
Nombre vulgar: Doblesentidista

No se trata de un exceso de sensibilidad, ni de una extraña enfermedad que nos hace sentir el doble que los demás, sino de una excelente herramienta en la eterna labor de espantar a los demás: encontrar, en todo y cualquier comentario, el sentido vulgar, ordinario, soez o grosero, idealmente de connotación sexual.

Un primer paso –que aunque básico, resulta a veces extraordinariamente efectivo –es silbar, gritar o hacer comentarios al escuchar el número 69. El turno de atención en la carnicería, el bingo, una dirección o un teléfono que incluya la combinación numérica en cuestión pueden dar la oportunidad perfecta para iniciarse en estas lides.

Una segunda etapa consiste en buscar el doble sentido en alimentos y preparaciones culinarias. Básicamente, éstas proveen al insoportable en ciernes material menos obvio que el número citado anteriormente, pero todavía dan facilidades evidentes. Es recomendable comenzar con frutas tropicales –plátanos o bananas, mangos y papayas, entre otras –y productos cárneos. Los embutidos siempre sirven a estos efectos, y el término mismo –embutido –facilita la tarea.

Un tercer estadio en el desarrollo de los comentarios de doble sentido consiste en romper las ataduras y liberarse de la obviedad, para encontrar el sentido sexual en cualquier comentario, por inocente que sea. Así, por ejemplo, la mención de un nombre desafortunado, de una película, una canción –incluso los villancicos pueden servir en manos de un experto –o cualquier nimiedad servirá, luego de algo de práctica, para desatar al coprolálico que llevas dentro.

La satisfacción está garantizada. Luego de algunos comentarios de este tipo, los oyentes huirán despavoridos, devolviendo al doblesentidista su preciado espacio libre de la invasiva presencia humana.

8 comentarios:

Fran dijo...

Siempre me he preguntado si los comentarios, o balbuceos (con los correspondientes "veeeenga") que se suscitan despues de decir, por ejemplo "ayer estuve en Talagante" o "fue un matrimonio muy elegante", provienen de las mentes doblesentidistas o ya ha ingresado al disco duro del chileno de tal manera que ya no se dan cuenta cuando lo hacen.

LiRio dijo...

ooohh...
llegue acá desde otro blog...

y fantastic, hace mucho que no veia algo tan bueno....


saludos

andres(con minusculas) dijo...

El doble sentido es una maravilla, se esta perdiendo pero aun esta la lucha por conservarlo vivo. La correcion politica esta pudriendo todo...

CandyFunto dijo...

Fran, en primera instancia provienen de los doblesentidistas. Luego pasan a formar parte del inconciente, y surgen como respuesta instantánea e, incluso, involuntaria.

LiRio, gracias por el halago. Vuelve cuando quieras.

andres(con minusculas), el doble sentido es una maravilla cuando se cultiva y es sutil. Porque el chiflido del 69 y el "venga el burro", de maravilla tienen poco.
Saludos, y sigue luchando por mantenerlo vivo... el doble sentido, claro.

Horacio dijo...

es jodido el doblesentidismo

está bueno cuando lo hace uno, pero hincha las bolas cuando lo hacen los demás

Daniel dijo...

Esto del doble sentido ha afectado también a los verbos...ya no puedes hablar de pisar, cachar, coger, tocar, penetrar, limar, rellenar, enterrar, combatir, puntear, comer, chupar, succionar, clavar, poner, taladrar, zumbar, prestar, irse, darse, tirar, etc.

Asi que antes de ocuparlos, considerar que puede aflorar el doblesentidismo.

Anónimo dijo...

De eso se trata Horacio xD

MelyPaz dijo...

Me reconocí en dos tipos de insoportabilidad, aunque me parece que no lo he hecho tan bien.
Y en esta lección (y en la siguiente) creo que ya tengo un postítulo con distinción máxima xD

Excelente blog, saludos!