
Tipo: Comentario
Nombre científico: Sordidus comentatio
Nombre vulgar: Doblesentidista
No se trata de un exceso de sensibilidad, ni de una extraña enfermedad que nos hace sentir el doble que los demás, sino de una excelente herramienta en la eterna labor de espantar a los demás: encontrar, en todo y cualquier comentario, el sentido vulgar, ordinario, soez o grosero, idealmente de connotación sexual.
Un primer paso –que aunque básico, resulta a veces extraordinariamente efectivo –es silbar, gritar o hacer comentarios al escuchar el número 69. El turno de atención en la carnicería, el bingo, una dirección o un teléfono que incluya la combinación numérica en cuestión pueden dar la oportunidad perfecta para iniciarse en estas lides.
Una segunda etapa consiste en buscar el doble sentido en alimentos y preparaciones culinarias. Básicamente, éstas proveen al insoportable en ciernes material menos obvio que el número citado anteriormente, pero todavía dan facilidades evidentes. Es recomendable comenzar con frutas tropicales –plátanos o bananas, mangos y papayas, entre otras –y productos cárneos. Los embutidos siempre sirven a estos efectos, y el término mismo –embutido –facilita la tarea.
Un tercer estadio en el desarrollo de los comentarios de doble sentido consiste en romper las ataduras y liberarse de la obviedad, para encontrar el sentido sexual en cualquier comentario, por inocente que sea. Así, por ejemplo, la mención de un nombre desafortunado, de una película, una canción –incluso los villancicos pueden servir en manos de un experto –o cualquier nimiedad servirá, luego de algo de práctica, para desatar al coprolálico que llevas dentro.
La satisfacción está garantizada. Luego de algunos comentarios de este tipo, los oyentes huirán despavoridos, devolviendo al doblesentidista su preciado espacio libre de la invasiva presencia humana.